Eran la 10:33 P. M. cuando sonó el timbre mi teléfono, la llamada no fue agradable, pues el hermano de un amigo había fallecido, de inmediato me vestí con lo primero que tome del ropero, tome las llaves de mi vehículo y me persone en el lugar. La familia estaba notablemente afectada. Yo nunca conocí a su hermano, solo se dé él que tenia 40 años y había pasado toda su vida postrado, sin hablar, con un cuerpo débil que había luchado por vivir desde el mismo día que nació, sobrepasando las expectativas de los más avispados especialistas que lo observaron a lo lago de su recorrido en la vida. Pero pude notar el profundo amor que su familia le sentía l, en sus rostros y en sus tiernas palabras al hablar de él. Si bien es cierto que las palabras en estos momentos no logran mucho y que solo el tiempo puede encallecer esta dolorosa herida, aun así "Gran" amigo sentimos tu pérdida.
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